miércoles, 7 de enero de 2015

Historia 6. Por July. Vía chat gmail

Hace algunos años en mi pueblo cuando era muy joven estaba en mi casa y acababa de terminar mi tarea para el otro día y me pareció buena idea salir de visita a donde uno de mis amigos, me fui caminando pues quedaba solo a unas cuadras de allá.

Cuando llegué encontré con que estaban reunidos varios de mis amigos y me pareció chévere pues solíamos reunirnos allá con frecuencia para divertirnos un rato hablando, jugando a los músicos, viendo una película o simplemente escuchando música al son de un tinto y un cigarro.

A eso de 15 minutos llegó otro amigo que traía con él en la mano una bolsa negra y se la entregó al dueño de casa, vi que hicieron una cara extraña como la que hace uno cuando se dispone a hacer alguna locura. No presté mucha atención y seguimos hablando entre todos mientras el dueño de casa ponía la bolsa en la cocina.

Más tarde se paró uno de ellos y tomando la bolsa dijo: bueno los que quieran vamos a preparar esto. Sacó de la bolsa como una masa blanca con negro, inmediatamente preguntamos que de qué se trataba y era una especie de hongo alucinógeno que se daba por la región, tímidamente levantamos todos la mano en señal de que sí queríamos, pues hace algún tiempo habíamos hablado de que sería bueno tener esa primera experiencia entre nosotros que éramos amigos y no íbamos a cuidar, entonces procedimos a prepararlos.

La preparación fue todo un ritual pues todos observábamos al que sabía cómo se preparaban. Todos preguntábamos como niños cosas tale como: ¿eso nos podrá matar? ¿Será que quedamos locos? ¿Será que nos queda gustando? y cosas sobre temores naturales que tiene uno, preparamos una agua de panela cuidadosamente y una vez estaba hirviendo le aplicaron los hongos enteros dejaron que hirviera otro momento y luego la apagaron y la dejaron reposar por unos 5 minutos.

Una vez estaba lista, la sirvieron en pocillos y la repartieron equitativamente entre todos, cuando acabaron cada uno se fue y se puso cómodo en el apartamento, igual era una espacio donde todos no sentíamos bien pues era su lugar de reunión con los amigos desde hacía ya mucho tiempo, unos se pusieron a jugar cartas, otros se pusieron a ver el chavo del 8 y se reían de ver a Kiko encontrando una botella de leche escondida en el patio de la vecindad, y gritando duro “¡Mamá, mamá encontré un nido de vaca”

Mientras nos divertíamos veía que todos en la habitación bostezaban, lagrimeaban y tenían las pupilas muy dilatadas, yo por mi parte empecé a sentir un hormigueo en todo el cuerpo y una sensación de alegría y de que todo era más divertido e interesante, nos divertíamos mucho, había pasado ya cerca de una hora y todos estábamos bien extraños y nos reíamos mucho pues seguíamos viendo el chavo del 8, de pronto tocaron en la puerta y nos asustamos pues no andábamos en condiciones de interactuar con nadie de afuera y sugerimos que no abrieran, pero el dueño de casa abrió y resulto que era su novia, no era sino observarlo para darse cuenta que se había arrepentido de abrir y de que no le entendía ni una sola palabra de lo que ella le decía, ella notó en breve que estábamos muy extraños y se llevó a nuestro amigo a una habitación a hablar con él, nosotros muy sabiamente decidimos salir del apartamento e irnos a caminar a un rio cercano, mientras él se encargaba de explicarle todo a su novia. La verdad sentimos que no era asunto nuestro y que ayudábamos más saliendo pues donde nos quedemos solo empeoraríamos más la cosas.

De camino para el rio como era un pueblo pequeño no encontrábamos con mucha gente conocida y nosotros para no tenerles que dar la cara, andábamos mirando hacia el suelo o simplemente nos mirábamos entre nosotros riéndonos. Llegamos a un lugar donde frecuentemente íbamos donde podíamos estar tranquilos y alejados de la gente, los sonidos del rio se escuchaban en alta voz y los sonidos de la naturaleza eran en alta calidad, nos pasamos mucho rato cayados escuchando todo esto y mirando lo bonito del paisaje. De pronto uno de mis amigos pregunto que si sentíamos cómo el rio hacía música y empezamos todo a escuchar y bailar con los sonidos del rio, juro que realmente escuche música y sentía la necesidad de bailarla. Fue muy extraño pero es un bonito recuerdo.
Pasamos en aquel lugar unas tres horas hasta que decidimos que se hacía tarde y ya nos sentíamos capaces de interactuar con la gente, pero seguíamos con las pupilas bien dilatas lo que hacía un poco molesta la luz del atardecer.

Llegamos al pueblo nos tomamos un café y nos despedimos, cuando llegué a mi casa había una señora vestida de blanco en la sala hablando con mi mamá, cuando mi mamá me vio me dijo: Si quiera llegó, están haciendo una jornada de salud visual y yo le dije a la señora que usted tiene problemas en los ojos que si lo puede revisar.

Esta señora tenía un aparatico y lo puso frente a mis ojos, inmediatamente después de observar dijo sorprendida “Nunca había visto unas pupilas tan grandes” mi mamá me observó de frente y me dijo también que tenía los ojos muy raros, yo procedí a decirle que era que me sentía como mal y que necesitaba dormir, ella muy amorosamente me preparó un caldito y me fui a dormir.

Hasta el momento no sé si mi mamá ese día pensó algo raro pero lo cierto es que hasta el momento nunca ha dicho una palabra al respecto.
  -- FIN --


No hay comentarios:

Publicar un comentario