miércoles, 7 de enero de 2015

Historia 10. Por Pepe. Vía chat facebook

Había un chico que trabajaba en una heladería. Para mantenerse mientras hacía sus estudios universitarios. Un día cayó el otoño en compañía de abril. Y entre los dos trajeron lluvias a la ciudad. Al chico no le quedó más remedio que repartir el helado bajo la lluvia. Por supuesto que en la heladería había impermeables amarillos. Pero una inocente chica botó los pantalones en verano. Por lo que el chico tuvo que soportar su blue jean mojado. Afortunadamente la alta humedad del lugar hace que no se sienta tan fria la ropa mojada. Luego el chico terminó su jornada, tarde en la noche. Y cuentan que aún se encuentra allí esperando bajo la lluvia. Felizmente ama al balcón que lo resguarda de las aguas mil de abril. Mientras espera unos 500 segundos más a que pase el bus que lo dejará a dos mojadas cuadras de su casa. A donde deberá llegar a timbrar pues fue el único que estuvo ausente en la repartición de llaves. Aunque en la solitaria lluvia el joven se encuentra bien acompañado. Por una orquesta que toca música clásica sin parar. Y una gatita azul que le pide que le cuente historias. Y así, en buena compañía no siente el tiempo. Ni el meteorológico con sus frías precipitaciones. Ni el universal con sus segundos estallando uno tras otro. Como las últimas crispetas de la olla que avisan que hay que quitarlas del fuego. Se fue a la parada del bus Y cuentan que aún se encuentra allí esperando bajo la lluvia.



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