miércoles, 7 de enero de 2015

Historia 2. Por el Negro. Fuente chat FB

Quizás en una noche despejada, hermosa como pocas, bajo la luna llena, caminaba un viejo... No salía de su casa, solo en las tardes soleadas para encontrarse con sus viejos amigos, pero esa noche, sólo esa noche, sintió ese impulso juvenil de salir a dar una vuelta. Camino unas cuantas horas, decidió entonces regresar por aquella calle, que siempre, hasta esa noche le parecía indiferente sin sentido y fea. Paso a paso llego al final de ella y justo allí, bajo el único faro que aún a intervalos daba luz alguien quizás no mas viejo que el le saludo. Contestó entonces nuestro amigo con singular gracia: que buena noche para salir a dar una vuelta.

Eso lo dices tu que hasta hoy lo haces, yo en cambio siempre estoy deambulando en las noches como esta. Es difícil - prosiguió- ya estoy cansado y solo quiero regresar. - A donde quieres regresar? a tu hogar? -Es difícil - afirmó aquel hombre, somos viejos, pero aún creo podemos disfrutar las noches como estas o las tardes soleadas, porque no vienes mañana y te reúnes con nosotros en el viejo parque al lado del estanque - dijo nuestro amigo. Tu no comprendes, se de sus reuniones y mientras ustedes hablan yo solo espero, espero y deambulo... a menudo se unen a mi algunos y me acompañan de regreso por estas calles, sin embargo no se quedan conmigo... nuestro amigo algo confundido decidió seguir su camino y dijo antes de partir... nos vemos mañana, allá te esperare. Aquel desconocido se levantó y acercándose delicadamente le susurro al oído: ayúdame a terminar con esto. Cómo podría ayudar? Cambia tu cuerpo con el mío, tu quieres disfrutar un poco mas...yo solo quiero descansar. Extendió su mano y dejo ver sobre su palma una luz tan brillante como ninguna otra, tan pura y dulce. Nuestro amigo sintió la tranquilidad absoluta, la luz dejo ver el rostro de aquel misterioso hombre que a pesar de la edad que hasta entonces parecía evidente, su rostro se veía muy suave y joven. Aceptas mi propuesta?, susurro de nuevo. Nuestro amigo tomo aquella luz, la llevó a su pecho y poco a poco sintió como su cuerpo cambiaba y se rejuvenecía... y el de aquel extraño palidecía frente a sus ojos... ahora sabes que debes hacer - dijo - llévame contigo, llévame por fin y de una vez a descansar. Nuestro amigo comprendió entonces lo que sucedía... dicen que es una de las tantas maneras en que el contrato cambia.

Dicen... que así el trabajo de la muerte después de unos siglos de constante deambular cambia de poseedor.
amen


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